viernes, 21 de diciembre de 2012

Últimos Votos P. Carlos Bresciani, sj (Chile)


Compartimos con ustedes la homilía del Provincial, P. Eugenio Valenzuela, para los últimos votos de Carlos (junto con algunas fotos)
QUE  SUS  RODILLAS  Y  TODO  SU  SER
SE  HUNDA  EN  ESTA  TIERRA
Homilía del Padre Provincial
Eucaristía Últimos Votos
P. Carlos Bresciani S.J. y
Agüita de los Padre, Elicura
15 de diciembre  de 2012

Queridos Hermanos y Hermanas,
Nos reunimos convocados por la pastoral Mapuche para tener un encuentro de reflexión y oración.  Nos reunimos en el memorial de los mártires de Elicura para celebrar la eucaristía en que Carlos hará sus últimos votos como jesuita. 
Nos reunimos en este lugar que recoge y la vida y la pasión, la lucha y el amor de tantas personas, misioneros, winkas y mapuches, de cientos de años.  Una historia de amor que se hunde en las raíces, la tierra, los huesos, la vida y la muerte de toda la humanidad, la del pueblo mapuche y la Compañía de Jesús, la de cada uno de nosotros que nos reunimos para celebrar a un Dios que acompaña a su pueblo como el buen pastor del Salmo.
Aquí, en este adviento que anuncia el nacimiento de Jesús en medio nuestro, celebramos a un Dios que se acerca a cada pueblo y a cada comunidad y la acompaña en sus necesidades y demandas, en sus dolores y esperanzas, habla en su idioma, acoge su historia, se hace presente bendiciendo su cultura.  Celebramos la visita de Dios en un lugar concreto donde la entrega de los jesuitas y del pueblo Mapuche ha quedado profundamente integrada en la sangre derramada en este lugar hace cuatrocientos años.
¿Qué significa para un jesuita pronunciar sus últimos votos?  Probablemente muchos de ustedes serán testigos por primera vez de esta ceremonia.  Carlos ingresó a la Compañía de Jesús hace 20 años y fue ordenado sacerdote hace 6.  Sin embargo, los sacerdotes jesuitas, somos finalmente admitidos plenamente en el cuerpo de la Compañía de Jesús una vez que el joven se ha hecho hombre, cuando los kimche (sabios mayores) han calibrado su sabiduría, y los norche (gente recta, honesta), han dado testimonio de su rectitud; cuando ya pasado el tiempo de las pruebas, su espíritu ha encontrado el equilibrio y su corazón se unifica en el servicio a sus hermanos.  Así vivieron nuestros antepasados que en este mismo lugar derramaron su sangre.
Carlos está llamado a vivir así .  Por eso, este es también el mejor lugar para que Carlos pronuncie sus votos.  Aquí se reúne todo lo que él ama, lo que lo ha constituido sacerdote: su familia y sus familias, la propia y la de muchos de ustedes que lo han adoptado y acogido para que pueda aprender a caminar junto a ustedes; el camino de seguimiento de Jesús en la Compañía de Jesús, su madre, su casa su hogar; y su caminar en medio de las comunidades mapuche y las distintas comunidades de fe en las que sirve como sacerdote.  El hace sus votos ante una Iglesia que está presente en la vida y en los rostros de cada uno de ustedes.

El Dios que anuncia la felicidad de los pobres, de los que tienen hambre y sed de justicia, de los perseguidos por compartir la suerte de los marginados, invita a Carlos a sellar su compromiso para hacer propio el camino de las bienaventuranzas.  Carlos se entrega y Dios se entrega como lo hace con cada uno de nosotros.
En este Memorial se reúnen nuestras historias, la del Pueblo Mapuche, la de los chilenos, la de la Compañía de Jesús, la de cada uno de nosotros.  Es la historia de una comunidad reunida, la de la Iglesia que derramó su sangre porque estaba convencida de que sin justicia no hay paz; y que sin luchar por la justicia no se puede anunciar verdaderamente el evangelio.  Se juntan las historias en una sola historia, la historia de Dios con nosotros, la historia de salvación de este territorio.
En este memorial, en este rewe (altar), y sobre esta tierra Carlos se arrodillará.  El Templo es la creación entera.  Se arrodilla de donde nos viene la salvación, desde abajo, desde la tierra con todas sus heridas y todas sus bendiciones.  La tierra que grita por justicia en todos sus hijos que ven que el fruto de ella no les toca o que no tienen la tierra para vivir con dignidad.  La tierra que es madre tierra y que como hijo que se ha caído muchas veces lo recibe en su regazo y le dice como nos vuelve a decir hoy a nosotros: Animo, ten fe, confía.  Carlos quiere que sus rodillas y todo su ser se hunda en esta tierra, se hunda en el misterio pascual de Jesús que derrama su sangre para dar vida, para que todos tengan vida. 
Junto con Carlos nosotros también queremos que nuestras rodillas se hundan en la tierra para comprometer el corazón y la vida en favor de la paz y la justicia; queremos anunciar el evangelio luchando por la justicia.  Vinculados a la tierra, con la certeza de que Dios acompaña nuestro caminar y nos sostiene.  Nos ponemos de rodillas pidiendo que la vida que Dios nos ha regalado, la vida que ha echado raíces en esta tierra, nos anime en la esperanza de que puede haber justicia y paz para el pueblo mapuche y para todos.
Carlos hace sus votos con llellipun y purrun, guiado por nuestros hermanos y hermanas mapuche para decir que su vida y consagración no le pertenece y que debe hacer silencio y escuchar la melodía del kultrun, la melodía de la vida de Dios en medio de nuestra realidad, en el corazón de cada hermano y hermana que sufre.
Se consagra porque a lo largo de su vida ha reconocido a un Dios que lo ha sostenido, que ha derramado su gracia en el y ha hecho fecunda su vida.  Consagra su vida para colaborar con Dios en su misión, en lo que él ya está haciendo en medio de nosotros.  Al igual que a nosotros lo conmueve y compromete la gratuidad del amor de Dios y lo urge la necesidad de nuestros hermanos, en especial la de los más pobres, la de los marginados y excluidos, la de los pequeños y los más alejados. 
Que nuestra Señora nos ponga con su Hijo para invitarnos una vez más a encontrar a Dios en todas las cosas buscando en todo amar y servir.
A Dios vaya nuestra alabanza por los siglos de los siglos. 








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